lunes, 25 de febrero de 2013

KOTSIMBA: UNA COMUNIDAD NATIVA DIGNA DE IMITAR

Compartimos con ustedes un artículo de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes, donde ponen de ejemplo a la Comunidad Nativa Kotsimba, que a través del diálogo comunal y con agentes de su entorno han logrado conseguir beneficios para todos y todas. Ejemplos claros son la promoción que hacen a jóvenes destacados becándolos para acceder a educación superior y las pensiones de S/. 500.00 Nuevos Soles que dan a personas de la tercera edad.

¿ Quieren saber como lo han logrado? 

 Por Sandra Bellido - FENAMAD (*)

Sus ancestros, muchos de los cuales escaparon de la esclavitud de los caucheros, buscaron su libertad adentrándose en la selva madrediosense formando lo que desde hace 19 años se conoce como comunidad nativa de Kotsimba del pueblo Harakbut Sapiteri. Con el tiempo y la occidentalización la comunidad fue perdiendo sus estilos de vida y hasta su propia lengua, el harakbut, pero hoy es digna de imitar.

Foto: KOTSIMBA: UNA COMUNIDAD NATIVA DIGNA DE IMITAR

Sus ancestros, muchos de los cuales escaparon de la esclavitud de los caucheros,  buscaron su libertad adentrándose en la selva madrediosense formando lo que desde hace 19 años se conoce como comunidad nativa de Kotsimba del pueblo Harakbut Sapiteri. Con el tiempo y la occidentalización la comunidad fue perdiendo sus estilos de vida y hasta su propia lengua, el harakbut, pero hoy es digna de imitar.
Ubicada en el distrito de Inambari, provincia de Tambopata, a casi una hora en camioneta desde Mazuko viajando por una trocha carrozable que en tiempo de lluvias hasta es imposible circular, Kotsimba ha logrado un sistema de administración comunal que ha permitido que todos sus integrantes se beneficien de sus recursos.
La invasión de los mineros ilegales obligó a los jóvenes a regresar a su comunidad para evitar que sus territorios sean arrasados. Con el tiempo comenzaron a trabajar en minería, pero tratando de respetar el medio ambiente. Actualmente arborizan las áreas trabajadas en  las zonas concesionadas. Una gran parte del territorio comunal selvático es mantenido intacto para desarrollar en el futuro actividades ecoturísticas y otras.
El 2010 cuando el joven Luis Loraico asumió la jefatura de la comunidad consideró que había que hacer algunos cambios en beneficio de todos los comuneros. No fue fácil, pero lo consiguió.
Lograron un entendimiento con los mineros quienes pagan regalías a la comunidad. También reciben recursos de la madera. El peaje instalado les permite controlar el ingreso de personas, bienes y productos. Por vehículo un comunero paga 10 soles y el privado 15 soles y desde este año están cobrando a la única empresa de transportes que está autorizada a ingresar a la comunidad y que tiene 17 camionetas. 
El diálogo es importante para resolver los problemas entre comuneros. Se han establecido reglas de conducta que deben ser cumplidas por todos sino son sancionados. Las multas no son poca cosa. Por ejemplo, está prohibido que un comunero (a) se meta con la pareja del otro. Si ello ocurre, el comunero, si es colono es expulsado de la comunidad, si es indígena se le llama severamente la atención y es multado con 6 mil soles.
Faltar a las faenas comunales equivale a una multa de 500 soles. Hay una tolerancia de 10 a 15 minutos. Si se aparece después, igual tiene que pagar la multa.
Todos los ingresos obtenidos por la comunidad han permitido que sus jóvenes y ancianos gocen de lo que el gobierno llama Beca 18 y Pensión 65.
Actualmente hay 12 jóvenes estudiando en universidades nacionales y particulares del país. La comunidad los apoya con hasta 1,500 soles mensuales, pero tienen que sacar buenas notas. Por ejemplo, una de las jóvenes estudia Ingeniería Comercial en la Universidad Privada de Tacna. Cuando terminen su carrera tienen que regresar a la comunidad para aplicar sus conocimientos ejecutando proyectos. A cada uno de los seis ancianos se les da una mensualidad de 500 soles. Los que aún están bien de salud y tienen fuerza van a cuidar la chacra y el ganado. 
En Mazuko tienen una oficina bien implementada y una secretaria con un buen sueldo. Esta es la que firma los permisos para que personas extrañas o el mismo combustible puedan ingresar a la comunidad. Eso se verifica en el peaje.
La nueva presidenta, Jasmina Loraico, cuenta orgullosa la forma de convivencia lograda en la comunidad. Recalca que el diálogo es importante y como los problemas se resuelven en la asamblea comunal. Ahora buscan recuperar su lengua: el harakbut.Ubicada en el distrito de Inambari, provincia de Tambopata, a casi una hora en camioneta desde Mazuko viajando por una trocha carrozable que en tiempo de lluvias hasta es imposible circular, Kotsimba ha logrado un sistema de administración comunal que ha permitido que todos sus integrantes se beneficien de sus recursos.

La invasión de los mineros ilegales obligó a los jóvenes a regresar a su comunidad para evitar que sus territorios sean arrasados. Con el tiempo comenzaron a trabajar en minería, pero tratando de respetar el medio ambiente. Actualmente arborizan las áreas trabajadas en las zonas concesionadas. Una gran parte del territorio comunal selvático es mantenido intacto para desarrollar en el futuro actividades ecoturísticas y otras.

El 2010 cuando el joven Luis Loraico asumió la jefatura de la comunidad consideró que había que hacer algunos cambios en beneficio de todos los comuneros. No fue fácil, pero lo consiguió.
Lograron un entendimiento con los mineros quienes pagan regalías a la comunidad. También reciben recursos de la madera. El peaje instalado les permite controlar el ingreso de personas, bienes y productos. Por vehículo un comunero paga 10 soles y el privado 15 soles y desde este año están cobrando a la única empresa de transportes que está autorizada a ingresar a la comunidad y que tiene 17 camionetas. 

El diálogo es importante para resolver los problemas entre comuneros. Se han establecido reglas de conducta que deben ser cumplidas por todos sino son sancionados. Las multas no son poca cosa. Por ejemplo, está prohibido que un comunero (a) se meta con la pareja del otro. Si ello ocurre, el comunero, si es colono es expulsado de la comunidad, si es indígena se le llama severamente la atención y es multado con 6 mil soles.

Faltar a las faenas comunales equivale a una multa de 500 soles. Hay una tolerancia de 10 a 15 minutos. Si se aparece después, igual tiene que pagar la multa.

Todos los ingresos obtenidos por la comunidad han permitido que sus jóvenes y ancianos gocen de lo que el gobierno llama Beca 18 y Pensión 65.

Actualmente hay 12 jóvenes estudiando en universidades nacionales y particulares del país. La comunidad los apoya con hasta 1,500 soles mensuales, pero tienen que sacar buenas notas. Por ejemplo, una de las jóvenes estudia Ingeniería Comercial en la Universidad Privada de Tacna. Cuando terminen su carrera tienen que regresar a la comunidad para aplicar sus conocimientos ejecutando proyectos. A cada uno de los seis ancianos se les da una mensualidad de 500 soles. Los que aún están bien de salud y tienen fuerza van a cuidar la chacra y el ganado. 

En Mazuko tienen una oficina bien implementada y una secretaria con un buen sueldo. Esta es la que firma los permisos para que personas extrañas o el mismo combustible puedan ingresar a la comunidad. Eso se verifica en el peaje.

 La nueva presidenta, Jasmina Loraico, cuenta orgullosa la forma de convivencia lograda en la comunidad. Recalca que el diálogo es importante y como los problemas se resuelven en la asamblea comunal. Ahora buscan recuperar su lengua: el harakbut.


* Éste articulo es publicado por autorización de su autora, el mismo junto a otros artículos sobre la realidad de las comunidades Nativas en Madre de Dios lo pueden encontrar en http://www.facebook.com/FENAMAD

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